jueves, 30 de agosto de 2018

Unos días de descanso y naturaleza

No hay nada mejor que una ruta de MTB en solitario para disfrutar de los paisajes en estos calurosos días del verano del año 2018.

He de reconocer que he tardado en apreciar la belleza de las vegas sur castellanas, yo he sido siempre mas de tupidos bosques de montañas, bien de las serranías, bien del norte de Castilla o cualquier otro punto de España. Pero desde hace tiempo que salgo por los campos del Sur de Madrid, dirección a San Martín de la Vega o a Rivas, y he de reconocer que los paisajes amarillentos del verano en esta zona, tienen un encanto especial. Sobre todo al caer la tarde con el amplio cielo enrojecido por el sol.






miércoles, 29 de agosto de 2018

El romance de la mora cautiva.

Es lamentable que la tradición popular se pierda con el paso del tiempo. Y no se pierde porque no guste o deje de gustar, se pierde porque no es apoyada, puede que ni tan siquiera interese ser apoyada por grandes estamentos políticos vinculados a la cultura y la educación.

Mi madre me recordaba como cuando ella era niña en los colegios se hacían festejos de trajes regionales allá por los años y 60. Venían niños de otras partes de España, de País Vasco, Cataluña, Castilla, León, Galicia y Asturias. Cada cual con sus canciones regionales y sus trajes. Hoy tristemente hemos perdido todo eso y los chavales olvidan por dejadez de los profesores, y de una política adecuada basada en la recuperación de las tradiciones, precisamente eso, sus tradiciones.

Ayer precisamente escuché una canción que me cantaba mi madre cuando era mas pequeño, se llamaba el romance de la cautiva. Una canción tradicional del romancero medieval con múltiples versiones. La que a mi me cantaban era original de 1955. Otras versiones hablaban directamente de los tiempos de la reconquista, siendo el caballero un cristiano del reino de Asturias. 

De cualquiera de los modos, una canción popular que forma parte de nuestra propia identidad como pueblo. Y aun cuando poco a poco vamos perdiendo las tradiciones de nuestra tierra por medio de ese monstruo en el que se ha transformado la globalización, no seríamos la Era del Hierro, este blog, si no dedicáramos el tiempo que se merece a recuperar esta y otras cuestiones vinculadas a nuestra propia esencia como pueblo.

Con ello no solo rendimos homenaje a las canciones populares, sino a todas esas madres y abuelas que las cantaron como parte de un recuerdo de sus propias infancias en pueblos y parques de unas ciudades diferentes, y puede que mas inocentes de lo que son hoy en día. 

miércoles, 22 de agosto de 2018

El señor de los anillos en VHS

Una de las pocas películas que aun conservo de toda una gigantesca colección de clásicos de terror y fantasía que tenía, mas bien tuve en formato VHS. No podía ser otra que el Señor de los Anillos.

La vi por primera vez en TV, la emitieron, si no me falla la memoria en TV allá por los años 80, calculo que sería principios de esa década. Creo que todos los que crecimos en esa generación siempre hemos considerado esta película animada de Ralph Bakshi como la única y la autentica. Desde luego es una versión mucho mas fiel al libro original que las realizadas por Jacksson. Es lo que tiene trabajar para Hollywood.

Cuando hice limpieza de películas en VHS, cosa de la que me arrepiento ya que perdí muchísimas joyas que ya no he vuelto a encontrar. Tiré gran cantidad de ellas, yo diría que la mayoría. Solo me quedé con dos películas que me marcaron y las cuales a pesar de haber pasado casi 30 años sigo conservando y seguiré conservando. Una de ellas es esta, de la otra escribiré en otra ocasión.

Es posible que la gente mas joven no recuerda o conozca esa "magia" que se vivía explorando las novedades de los viejos videoclubes de barrio. Pero ciertamente eran lugares entañables de los que nadie tiene un mal recuerdo.


domingo, 19 de agosto de 2018

Orígenes y costumbres paganas entre los alanos de los siglos III al V

Posiblemente estemos ante uno de los pueblos más misteriosos de los que invadieron la península ibérica en el siglo V.  Los Alanos llegaron junto a los vándalos en el año 409 para imponerse y tomar posesión de una gran extensión de terreno en la Hispania central. Estos jinetes llegados de las estepas, dominaron con rotundidad y sin dejar demasiadas huellas arqueológicas las provincias de Cartaginensis y Lusitania. Un territorio inmenso de un paisaje compuesto por montañas y planicies casi de costa Mediterránea a costa Atlántica.

No obstante no tuvieron demasiada suerte y tan solo una década después serían derrotados por los federados visigodos de Roma liderados por el rey Walia.  A partir de ese momento comienza la historia que ya todos conocemos. Con el fin en batalla de los últimos alanos liderados por su rey Addax,  estos emigraron al norte de España en busca de sus aliados naturales los vándalos. Sumándose en los campos góticos a los hombres de Gunderico, quien se proclamó rey de vándalos y Alanos. 

Tras ese episodio los últimos guerreros y mujeres del pueblo alano, ya unificado con el vándalo, pasan a tomar las costas de África perdiéndose como pueblo en la historia por siempre.

¿Pero quienes fueron esos alanos?. ¿Qué tradiciones y costumbres tenían?. Contestar a estas preguntas es ya de por sí un misterio difícil de resolver, por no decir prácticamente imposible a día de hoy. Los datos de los que se disponen son prácticamente nulos y se limitan a pocas frases escritas en compendios históricos escritos por clásicos como Amiano Marcelino.

No obstante el estudio realizado al respecto y los ejercicios de deducción comparativa con pueblos semejantes y emparentados a ellos, nos arrojan algo de luz a la hora de poder establecer unas teorías acerca de sus costumbres. Si bien , y esto ha de quedar claro, no puede ser más que teorías imposibles de demostrarse a día de hoy mientras la arqueología no de un vuelco absoluto al respecto.

Para el siguiente artículo me basaré en tres autores que han tratado a lo largo de diferentes publicaciones la llegada del pueblo alano a la península ibérica, así como un breve rastreo de sus orígenes históricos. Por un lado Daniél Gómez Aragonés y su libro Barbaros en Hispania de editorial La Esfera de los libros. Por otro Javier Pampliega y su obra maestra, ya descatalogada, Los Germanos en España de Eunsa. Y por último, la estudiosa y especialista en la época de las invasiones germánicas a occidente Rosa Sanz Serrano en su libro Migraciones bárbaras y la creación de los primeros reinos de occidente, de editorial síntesis.

Es precisamente Javier Pampliega quien nos describe el origen de los alanos al decirnos (..) formaban un pueblo poco coherente en su estructura étnica antes de la invasión húnica, extendiéndose entre el Caucaso y el Mar de Aral. Las menciones de las fuentes en el siglo III, los sitúan en las cercanías del Danubio, especialmente en la zona de Dacia. Desde allí situaron lugares estratégicos en el Mar de Azov atacando durante el siglo III las villas griegas de la región del Bosforo. (..) En el último tercio del siglo IV a causa de los ataques hunos, los alanos se dividieron en dos grupos. Los primeros denominados como masagetas, se establecieron en la zona merdional de su territorio que corresponde a la región del norte caucásica y Kuban, siendo víctimas de la oleada húnica; mientras que los segundos, mucho más numerosos y llamados tanaítas, atravesaron en sus correrías migratorias el territorio europeo (..).

Javier Pampliega (Los germanos en España – CAP VI – la soberanía doméstica y la realeza militar alana PAG 363)

Pampliega en su impresionante estudio escrito en el libro Los germanos en España. Asegura que el grupo alano que irrumpió en Hispania en el 409 procedía de los múltiples pueblos que se asentaron en tierras centro europeas tras el empuje huno del 370 al 375. Muchos de estos grupúsculos alanos se relacionaron con los vándalos asentados en las llanuras panómicas de Tisza. Sirviendo incluso como mercenarios de los ejércitos de roma, y de los propios godos o hunos.. 

El alano fue el único pueblo no germánico de los que invadió la península ibérica a comienzos del siglo V. Sus orígenes étnicos se remontan varios siglos antes de su llegada a Europa en las estepas Euro-asiaticas, formando parte de una gran nación sin serlo como tal, a la que los clásicos conocieron con el nombre de Escitia. Allí, en una zona oscura y desconocida para el mundo occidental situada entre las regiones limítrofes con Asia, más allá del Dnieper y bañados por parte del mar negro y Caspio, vivían un compendió de tribus de cultura similar denominados escitas. Poblaciones de habla y orígenes indoeuropeos, que habían asimilado cultura de poblaciones asiáticas en su aspecto tradicional, vestimenta y religiosidad. 

Belcas (compuestos por Calipidas, asiaces, esedones, agatirsos, satarcas, asiacos, gelones, melanchenos, neuros, y tauros), caspios, amazonas, albanos, moscos, hircanos, amardos, pesticos,  y derbices. En su parte mas limítrofe, y entre el Danubio y el Ponto. Alanos, Roxolanos y Yazigos. Muy presentes en los textos gracias a sus conflictos con Roma. Más alejados se encontraban los basterni (actual Eslovaquia), los sardi. Completaban las tierras de “Sarmatia”.

Es Amiano Marcelino (XXIII, 6, 60) quien emparenta a todos estos pueblos con los alanos del Danubio, quien describe su barbarismo y salvajismo en comparación con el mundo civilizado occidental marcado por Roma. 

Los alanos son descritos en los compendios de nombres de tríbus escitas, como los más occientales de entre esas naciones. Probablemente situados a camino entre Europa y Asia, al este del Don y del Bosforo. Donde habían interrelacionado con las colonias  griegas durante mucho tiempo.

Según el propio Amiano Marcelino ( XXXI, 2, 10-25,3, 1) se tratarían en realidad de una fusión de muchas naciones tribales bajo el nombre de alanos, compuestas a su vez por tribus como las ya mencionadas de roxalanos, masagetas y yazigos.

El escritor romano dice que los escitas son polígamos, así al menos lo recoge Rosa Sanz  (las migraciones bárbaras a occidente, pueblos y culturas 2.2 migraciones de pueblos no germánicos / escitas y sármatas / PAG 72). Tienen varias mujeres, incluso los aristócratas harenes de mujeres. Práctica que no debe de parecernos ajena a los pueblos de las estepas, pues los propios hunos procedentes de Eurasia, asombraron al mundo occidental por su barbarie. 

De ellos se sabe que practicaban la poligamia. El propio Attila tuvo 300 mujeres en su harén (eso dicen). Una de ellas una ostrogoda, ildiko. Por tanto y dado que los escitas aun cuando indoeuropeos en su mayoría habían absorbido parte de las tradiciones de los pueblos asiáticos, es muy posible que en el siglo III después de Cristo los alanos mantuvieran aun de forma genérica esta práctica. Si bien presuponemos según fueron avanzando los siglos las costumbres se fueron moderando con respecto a su etapa más primitiva. Perdiéndose progresivamente según estos nómadas fueron abandonando su tierra natal para unirse a las invasiones o guerras de ostrogodos y hunos contra las provincias occidentales del imperio. 

No tenían templos dedicados a los dioses, y hacían de cualquier lugar natural; bosque, monte, río o lago un centro donde invocar a los espíritus o dioses. El propio Amiano Marcelino nos describe como por medio de una espada clavada en el suelo a la que alimentan con cuencos de sangre, contactan e invocan a su dios de la guerra. Una representación de Marte cuyo nombre nativo se ha perdido. Y cuya iconografía, o símbolo para interrelacionar entre el mundo de lo divino y los hombres era, como no, una espada. 

La descripción que se da de los sármatas y escitas en época tardía, es ya semejante y como si se tratara de un solo pueblo. De ellos dicen los romanos multitud de características recogidas por Rosa Sanz (las migraciones bárbaras y la creación de los reinos de occidente). Muchas de ellas seguramente exageradas con el único pretesto de mostrar más bárbaros a los bárbaros. 



Practicaban la antropofagía con sus propios familiares, utilizando sus cráneos como copas para beber, se marcaban el cuerpo con cortes rituales (practica también empleada por los hunos). Sacrificaban hombres a los dioses de su pueblo, cuya carne y sangre servía de alimento. Despreciaban la agricultura y se dedicaban a buscar pastos en zonas verdes para sus ganados, sintiendo predilección por la guerra más que por la paz. Recubrían sus cabezas con las cabelleras arrancadas a sus enemigos en batalla, las cuales decoraban sus caballos, sus lanzas, o estandartes, y sellaban los pactos de honor entre guerreros o clanes produciéndose profundos cortes con cuchillos o espadas esperando que la sangre manara de ellas, momento en el cual los dos hombres bebían la sangre el uno del otro como muestra de fidelidad a la palabra dada. 

Nuevamente nos encontramos con el mismo dilema al tratar el tema de la poligamia. ¿Son aplicables estas tradiciones generalizadas a los pueblos escito – sármatas a los alanos?. Personalmente creo que sí, si no con exactitud literal, si muy aproximado en su esencia, si bien posiblemente describe conductas exageradas más típicas de los años oscuros de esa nación, y no del siglo IV y V.

Una de las tribus sármatas (grupo al que pertenecían los alanos), los neuros, creían en la licantropía, pensando que el hombre podía transformarse en lobo a voluntad  sin ningún tipo problema por medio de rituales (Rosa Sanz –las migraciones bárbaras y la creación de los primeros reinos de occidente, pag 73). A su deidad guerrera, la cual presuponemos se representaba igualmente por medio de una espada clavada en el suelo, le sacrificaban los prisioneros obtenidos en las guerras o saqueos, al igual que sus armas consagradas como tributo y gratitud por la victoria obtenida.

Es precisamente la guerra un componente primordial y esencial en la tradición del pueblo alano. Daniel Gómez Aragones en su libro Bárbaros en Hispania, dedica un apartado para profundizar en las raíces guerreras del pueblo alano, donde rescata diferentes citas de autores clásicos como en ya mencionado Amiano Marcelino, Jordanes o Isidoro de Sevilla

(..) El goce que los caracteres pacíficos y tranquilos encuentran en el reposo, lo hacen ellos consistir en los peligros y la guerra. Para los alanos el honor supremo es perder su vida en el campo de batalla. Morir de vejez o de accidente es un oprobio para el que no se tienen bastantes ultrajes, y matar a un hombre es heroísmo nunca bien celebrado. El trofeo más glorioso es la cabellera del enemigo, sirviendo de adorno al caballo del vencedor (..)

Amiano Marcelino



Como vemos la cultura del alano era básicamente guerrera basada en la glorificación de los héroes que combatían y caían en la guerra. Esto unido a su paganismo mantenido hasta el siglo V, sustentado en la creencia de una deidad guerrera similar a Marte, concepto que chocaba frontalmente con el arrianismo y el cristianismo que se imponía en la época. Hacían de los alanos ancestrales del siglo I al III los bárbaros perfectos a ojos de los civilizados romanos de la tardo antigüedad. Añadía más “morbo” el hecho de que procedieran de tierras lejanas desconocidas para la mayoría de los hombres de aquellos siglos, y por supuesto su semejanza en tradiciones y costumbres con los temidos hunos. Combatían a caballo como diablos con lazas y arcos. Desde niños eran acostumbrados a la monta, y según apunta Daniel Aragonés (Barbaros en Hispania – CAP 4 – un pueblo guerrero) de adultos lo hacían con todas las armas y armaduras cuando era menester para el combate.

La importancia del caballo para este pueblo era tal, que no sería de extrañar una deidad o espíritu relacionado con el animal o el pastoreo. Si bien no nos han llegado referencias de ello. Es precisamente la monta y el combate a caballo otra de las tradiciones asimiladas por estos indoeuropeos de los pueblos asiáticos. Y casualidades de la vida, fueron precisamente los escitas quienes influenciaron en el mundo visigodo, haciendo de éste uno de los pocos pueblos germánicos en la tardo antigüedad en incorporar el caballo como animal de combate.

Como ya hemos comentado, los alanos del siglo V llegan siendo paganos a Hispania unidos a los vándalos de mayoría arriana, al menos oficialmente (Daniel Aragones – Barbaros en Hispania PAG 69). Si bien tras muchos años de contacto con Roma, habían perdido su independencia nativa cultural abrazando parte de la romanización. Los alanos del siglo V no eran ya los salvajes barbaros descritos por los clásicos en sus compendios sobre la Escitia del siglo I o II. Eran paganos, si. Los mas Bárbaros de entre los barbaros, si. Pero habían recorrido la mitad de Europa unidos a los vándalos, habían incorporado elementos hunos a sus grupos étnicos, y habían sido mercenarios de los romanos tardo antiguos asumiendo parte de la panoplia militar romana de aquellos años. Como bien apunta Rosa Sanz Serrano: (..) No obstante aquellos que estuvieron en relación con Roma en el limes del Danubio, cambiaron bastante estas crueles costumbres (..) (Migraciones barbaras primeros reinos de occidente. 2.2.1 Escitas y Sarmatas).

A su llegada a España estos pueblos alanos eran difícilmente diferenciables de sus aliados vándalos. Tanto por su apariencia física como por su composición militar y social. Javier Pampliega lo detalla bastante bien al decir (..) todo este proceso se produjo en realidad, a causa de la intensa vandalización o germanización de la Heerkoningtum alana de Addax, y el estrecho contacto existente durante el periplo migratorio con los grupos germánico. ósticos de Godiselico y Gunderico. Sin duda se puede afirmar que el pueblo alano de Addax en el 418 se asemejaba más en su estructura sociopolítica a los vándalos que a sus  antiguos predecesores del Mar de Azov o del Ponto Euxio (..)

Javier Pampliega (Los germanos en España – CAP VILa soberanía doméstica y la realeza militar alana en Hispania. Un análisis histórico desde el 406 hasta su definitiva etnogenesis con los vándalos Hasdingos de Gunderico en Hispania del 418 – PAG 360


Lo poco que les diferenciaba era su religión y su superstición, sumada a la predilección por el combate a caballo. Pues como ya hemos visto y según apunta Pampliega en su estudio, en  el año 418 los alanos eran prácticamente vándalos en su aspecto militar, socio político y probablemente cultural.
El paganismo de los alanos a su llegada a España es difuso, y muy presumiblemente ocurriera igual que ocurrió con sus tradiciones ancestrales desde finales del siglo IV, cuando comienzan a tener contactos con elementos vándalos aliados en centro Europa, hasta principios del siglo V, momento en el que entran a España. Los alanos estarían sufriendo ya un lento proceso de “des paganización natural”, o mejor dicho, de moderación de sus creencias. El cual comenzó muchos años atrás con la “civilización” de sus costumbres salvajes descritas por los romanos y griegos del siglo II y III.

En el siglo XXI lo poco que nos queda en la península ibérica de este belicoso pueblo, es una espada lujosa cuyo origen no está muy claro a día de hoy. Se trata de la espada de Beja (Portugal). Según recoge Daniel Gómez Aragones (..) a finales del siglo XIX se encontró en la península Iberica, en concreto en el sur de Portugal, una espada a la que se otorgó una adscripción vándala, aunque según los últimos estudios habría que modificar tal interpretación y situarla en un contexto alano. Nos referimos a la espectacular spatha de Beja de la que los arqueólogos Lopez de Quiroaga y Catalán Ramos señalan que se trata de una espada de grandes dimensiones, gran calidad y que presenta una decoración muy cuidada (..) 

Barbaros en Hispania CAP 4. Alanos, un pueblo guerrero. PAG 69 – 70

Ambos autores remarcan la importancia del culto a la espada para el mundo alano, especialmente en el mundo funerario. Como parte de las armas del guerrero en la vida del mas allá tras una vida de gloria en combate y la muerte en batalla. 

A modo de resumen y para finalizar el artículo, podríamos considerar que los alanos tuvieron costumbres y creencias muy similares a las de su tronco étnico Escita, así como a los hunos y otras poblaciones nómadas de las estepas euro-asiaticas durante los siglos I al III. Estas tradiciones se mantuvieron vivas en su periodo de migraciones a centro Europa durante el siglo IV. Moderándose con el tiempo al contactar con otras poblaciones dando origen a una asimilación cultural parcial, y nunca total con vándalos y romanos. Su cultura perduró a comienzos del siglo V, pues mantuvieron costumbres nómadas en Hispania, llegando a tener predilección por campamentos móviles asentados en las estepas y praderas de la Cartaginensis central, en lugar de tomar posesión de las villas o palacetes romanos. Si bien sus creencias paganas mas bárbaras desaparecieron o fueron moderándose. Aun cuando es posible que en el pasado ofrecieran sacrificios humanos al dios de la guerra, bebieran en cráneos de enemigos, y cortaran cabelleras enemigas, es muy poco probable que aun realizaran tales rituales de forma genérica desde el 409 al 418. En caso de realizarse, no dejarían de ser acciones puntuales de elementos muy radicalizados o anclados en sus costumbres más bárbaras, nunca una tónica general.

No obstante si me inclino por ver bastante acertada la creencia de rituales a modo de superstición a sus dioses, ya que todo apunta a que mantuvieron su carácter espiritual y religioso, si bien moderado. Por lo que no sería nada descartable que mantuvieran algún tipo de ceremonia o creencia vinculada a las espadas como apunta Amiano Marcelino. Rituales que si bien puede no tuvieran una fuerza tan especial como en el pasado, si que fueran elementos de superstición propios heredados como parte cultural de las creencias de ellos como pueblo.

Alvar Ordoño 2018 - Recreador e investigador histórico de los grupos; BAIRA, REGNUM CASTELLAE, e HISPANIA GERMANORUM - Fundador de la asociación HISPANIA DE LOS VIKINGOS,

jueves, 16 de agosto de 2018

Hablemos de libros. Bárbaros en Hispania de Daniél Gómez Aragonés

Hace mucho tiempo que Daniel me habló del proyecto en una de nuestras largas charlas sobre la Hispania visigotica. Por tanto no solo sabía que saldría, sino que lo esperaba con impaciencia. Especialmente por la temática a tratar, la cual es poco frecuente de encontrar en los diferentes libros que tratan el periodo de las invasiones barbaras a la península.

Lo normal es que la gran mayoría de ellos se centren casi exclusivamente en godos, en algunos caso suevos dependiendo de la región de España. Pero un libro expresamente que trate pueblo por pueblo los tres que llegaron en el siglo V a la península?... eso es raro de ver, y yo diría que el material publicado se pueden contar con los dedos de una mano.

Por tanto, y dado que soy bastante aficionado a esa parte de nuestra historia, digamos que me apetecía bastante conocer el contenido de la investigación de Daniel para Barbaros en Hispania.

Pero empecemos por el principio, ya que la historia de este libro es cuanto menos peculiar. El libro salió a principios de primavera del 2018, incluso llegué a organizar una charla en un evento de recreación histórica bastante importante de España, en el que trabajo desde el año 2012 (Hispania de los Vikingos). Mas tarde acudí a diferentes presentaciones en Madrid, participando en debates paralelos que se daban entre los presentes. Pero hasta día de hoy no había conseguido un ejemplar.

Ayer comencé a leérmelo, y puedo decir que la lectura es bastante amena. La narrativa de los acontecimientos se hace fácil de entender, y no es un "ladrillo" de datos profesionales que solo los mas expertos en la materia entienden. Bárbaros en Hispania es un libro que profundiza aportando datos de los textos clásicos sobre Alanos, Suevos y Vandalos dentro del contexto de las invasiones a la península durante el siglo V.

Si eres un principiante en la materia y quieres profundizar en esta etapa de la historia de tu país, te gustará, y encontraras muchos datos importantes e interesantes que solo leerás tocados muy por encima en otros libros. Y si eres una persona que busca un peldaño mas en tu conocimiento e investigación, lo encontraras igualmente interesante, desde el punto de vista que aporta fuentes sobre las cuales poder seguir investigando para aumentar un conocimiento, o evaluar una teoría al respecto de las muchas lagunas históricas que hay en este interesantísimo periodo.

Los héroes del pasado se unen a los héroes del presente en el desfile militar de la independencia de Polonia

Día de la independencia de Polonia, el ejercito nacional polaco desfila por las calles acompañado de miles de jóvenes polacos entusiastas de ver a los héroes del presente acompañados de los héroes del pasado de la nación polaca.

El grupo de recreación histórica Svantevith acompañó a los soldados de Polonia recreando guerreros eslavos del siglo X y XI. Imágenes cargadas de fuerza y honor que no puede mas que provocarme una envidia sana.



miércoles, 15 de agosto de 2018

Evento sobre los Bárbaros contra Roma en Polonia

Polonia es sin ninguna duda uno de los países de la actualidad donde mas se potencian los eventos de reconstruicción histórica como parte de la identidad propia de sus gentes. Son muchos y múltiples los eventos que se pueden encontrar a lo largo del año. 

El pasado 13 de Agosto tuvo lugar uno en el centro de cultura arqueológica de Nowej Slupi. Normalmente los eventos allí suelen estar monopolizados por al alta edad media eslava y sus conflictos con los vikingos. Pero en esta ocasión lo dedicaron a mostrar el modo de vida de las poblaciones germánicas que vivieron en Polonia, especialmente en la zona prusiana del mar Baltico.

Si bien los romanos nunca llegaron tan al norte, en el escenario se mostró un campamento romano fronterizo con la Germánia y el Rhin. Donde se ofrecieron distintas actividades culturales









martes, 14 de agosto de 2018

Hablemos de Libros: los Celtas de Manuél Yañez Solana

Comienzo una nueva sección que entrará dentro de la etiqueta de Editorial, donde trataré de recomendaros aquellos libros que me han marcado, o en los que he encontrado buenas historias que me han influenciado notablemente con el paso de los años.

Para romper el hielo por primera vez empezare con Los Celtas de editorial Cosmos. Es un libro pequeño, de bolsillo, con tapa dura, editado en 1998 por primera vez. Lo compré en una librería que ya no existe en la calle Gran Via de Madrid.

Recuerdo perfectamente que fue un tanto casual, pasaba dando una vuelta buscando otra cosa, y lo vi en el escaparate. Era una época donde yo devoraba literalmente cualquier cosa que tuviera que ver con el mundo celta buscando aprender mas y mas sobre las tradiciones célticas españolas. Un material muy especifico y muy complicado de conseguir de forma especializada en aquellos tiempos. Los textos llegaban tan solo de forma ocasional como parte de libros genéricos normalmente centrados en el mundo de los gálos e irlandeses.

En general el contenido no deja de ser un compendió del mundo celta clásico, muy fácil de leer, con pequeños apartados, y simple de lectura para gente que quiera empezar a profundizar en el mundillo. Tiene una importante carga dedicada al mundo religioso y espiritual celta, hablando de tradiciones y dioses.

Referente a la península, que como nativos de ella es lo que mas debería de interesarnos en busca de una identidad propia a potenciar y resucitar, solo tiene un capitulo, el XIV. Trata muy por encima aspectos comunes y habituales. Pra que os hagáis una idea de la pagina 161 a la 177. No es por tanto el libro mas académico que podréis encontrar, y seguramente no el mas detallado de los que se han editado. Ha pasado mucho tiempo y estoy seguro que a día de hoy se pueden encontrar verdaderos libros de culto en la materia. No obstante es un libro que tengo cariño, ya que tiene ese viejo sabor de los libros de biblioteca con paginas amarillentas que muestran el paso del tiempo. Especialmente en una época en la que empezaba a despuntar el mundo celta en España. 


domingo, 12 de agosto de 2018

La herencia germánica en la épica castellana alto medieval. El espíritu de la espada

En numerosos artículos hemos visto, como las tradiciones de los antiguos pueblos germánicos, sobrevivieron al paso del tiempo llegando hasta la edad media castellana. Hace unos días, leímos como la tradición de nombrar la espada era propia de los pueblos nórdicos. Y hoy nuevamente profundizaremos mínimamente en este concepto, uniendolo con una tradición ancestral herética y pagana.

Según describe el historiador romano Amiano Marcelino:

“.. A la manera barbara, clavan una espada desenvainada en el suelo y la veneran como su dios guerrero”

Así cuenta el historiador una vieja tradición alana basada en la veneración de los dioses o espíritus de sus mitologías representados en las espadas. Los dioses de ese pueblo de origen Iranio, pero de marcada raíz aria con aportes culturales de pueblos esteparios asiáticos, tomaban las armas a modo de “antenas” dimensionales para comunicarse con los seres humanos que les veneraban en improvisados altares sobre la tierra.

La espada como arma en batalla siempre ha fascinado al ser humano, no era un arma común, era un arma de aristócratas. Durante gran parte de la edad media la espada fue un arma prohibitiva para el 90% de la sociedad por su elevado coste. Era un elemento propio de la nobleza. Por otro lado, solo gente especializada podía crear espadas. Los herreros suelen aparecer en las sagas y cuentos nórdicos como seres mágicos capaces de crear armas mágicas. No todo el mundo tenía la capacidad de crear una espada. Su propia elaboración ya tiene algo de mágico, ya que el herrero le da una personalidad propia por encargo para que cumpla la función protegiendo la vida del destinatario, o ayudandole a segar la de sus enemigos.

Como veremos más adelante, la tradición de venerar la espada como un elemento mágico, incluso con vida y voluntad independiente a la de su dueño, perduró de manera notable desde la edad del hierro y tardo antigüedad hasta la alta edad media. Eso sí, adaptándose a las nuevas creencias sociales que llegarían con las nuevas religiones. 

Los alanos entraron con una tradición herética en Hispania, sus dioses no procedían de las nuevas corrientes ideológicas cercanas al cristianismo, o al arrianismo. El guerrero alano era pagano, aun rendía culto a dioses indoeuropeos, a los que seguramente había incorporado cualidades de cultos asiáticos con los que había tenido contacto. A su llegada a Hispania seguía rindiendo culto al dios de la guerra que vivía en su espada, y cuyo altar era simplemente un pequeño montículo donde clavaba el arma para rezarla alimentándola con sacrificios de sangre derramada en cuencos.

No deja de ser curioso y digno de un estudio detallado la razón por la que estos pueblos esteparios conservaron su identidad religiosa en una época en la que la mayoría de los barbaros ya habían abrazado, al menos de forma política, las tendencias orientales de espiritualidad cristianismo, arrianismo etc. 

Los alanos eran por tanto los más “salvajes” de entre los barbaros, muy semejantes a los hunos en costumbres. Nómadas como ellos que preferían vivir en campamentos móviles en las grandes extensiones de praderas y campos de la cartaginensis hispánica, antes que en ciudades romanas llenas de lujo.

Muchos años antes de las migraciones germánicas al occidente Europeo, y varios siglos antes de que estos pueblo nórdicos llegaran a España creando los primeros reinos medievales cristianos de los que se tiene constancia. Adoraron a deidades paganas relacionadas con cultos ancestrales. Así al menos lo describe la historiadora Ana María Jiménez en sus estudios sobre el cantar de Waltario. Describiendo un culto entre ellos a un dios de la guerra cuya iconografía pasaba por una espada clavada en el suelo. Cosa que a estas alturas no es de extrañar si nos recuerda demasiado al culto alano descrito por Amiano Marcelino, al menos en sus formas.

Por otro lado y varios años después, Jordanes nos habla de un dios (Marte) al cual esos mismos godos rendían culto por medio de una espada hincada en la tierra, pues su espíritu vivía en las armas nobles de los guerreros godos. No pocos autores y estudiosos antiguos, apuntan a Tiwaz como el dios origen padre de todos los germanos. Tius sería el dios de la luz, el dios del orden, el juez que guía.. con razón las reuniones de hombres libres vikingas eran conocidas como all thin.,Y a esas mismas reuniones cientos de años antes, los romanos las denominaron como Mars thingsus, algo así como asamblea del dios Marte o bajo la vigilia de Marte, es decir del dios Tius/tiwaz/tyr. 

Pero regresemos al godo... como ya hemos visto y nos cuenta Jordanes, durante su etapa en el mar Negro, estos bárbaros rendían culto a una espada clavada en la tierra, una espada que sería el orden, la guía, la justicia, la piedad.. Una espada que representaría el irminsul, el orden cósmico. Ciertamente algo muy relacionado con un dios padre origen del pueblo, el cual representaría algo así como la justicia divina. Posiblemente una deidad primitiva que precedió al culto de Wotan, y que Tacito menciona en su germánica con el nombre de Tuiston (tyr).

En cualquier caso la superstición de la espada como elemento de poder continuó en la impronta del germanismo. Así pues los vándalos, los alanos, los vikingos, godos, sajones, francos y un largo etc, continuaron pensando que en sus armas nobles,  vivían salvajes espíritus de la batalla. Eran en sí elementos especiales, por eso las bautizaban con nombres representativos. Nuevamente nos encontramos con la confrontación del paganismo con la nueva religión. Donde si bien la mayoría de los pueblos europeos de origen germano eran ya cristianos, aun conservaban y mantenían tradiciones propias del paganismo en sus creencias diarias. 

Una muestra de la importancia que tenia la espada para el germano, era el juramento de honor. Se conoce que en tiempos de paz, los caudillos germánicos realizaban una ceremonia de juramento sobre sus espadas. Así pues a Vitrodoro, hijo de Viduario, se le exige por parte de los vencedores como prueba del compromiso de su palabra, no la entrega de sus hijos en rehenes, sino la seguridad de aceptación de su palabra mediante una ceremonia en la que pone su propia espada como testigo de que cumplirá todo lo acordado.

(..) sacaron las espadas, que ellos veneran como divinas y juraron que iban a ser leales a la palabra (..). 
El antiguo bárbaro, jura su palabra ante un dios.. o ante un espirito poderoso capaz de darle la victoria o de concederle la derrota. De ahí que era casi más importante jurar sobre su espada, la cual estaba viva para el antiguo godo, vándalo o alano, que sobre cualquier otra forma, deidad o elemento. La espada no solo era un elemento con vida propia poseída por un espíritu, sino que además era un elemento de honor que mostraba una condición social. Aquel que la llevaba tenía que demostrar a ojos de los demás, que era digno del arma. Un hombre de honor a la altura de su pueblo, o fieles guerreros.

El tiempo pasó, y los germanos llegaron a España, aun cuando arrianos casi todos ellos, muchas tradiciones paganas, siguieron formando parte de sus tradiciones folklóricas y antropológicas como pueblo. Así pues la saga pan gótica de Waltario, muestra en edad muy tardía una lucha espiritual y simbólica entre el paganismo y el arrianismo. En el poema los dioses arcanos y sus atributos son humanizados, mezclando en ellos cualidades propias del mundo pagano, con cualidades más modernas del mundo cristiano.

En la época de la reconquista hispánica, Pelayo el godo, fue nombrado rey de los Astures alzándose como caudillo militar sobre un escudo. Tradición típicamente nórdica heredada y mantenida desde su etapa pagana.

Al igual que ocurre hoy en día, gran parte de las tradiciones de origen pagano no se perdieron, sino que se mantuvieron y se adaptaron a los nuevos tiempos bajo una nueva visión religiosa. Muchas tradiciones de origen germánico sobrevivieron como parte del pueblo en la épica castellana alto medieval, como bien apunta Menéndez  Pidal. 

Olegario de las Heras por otro lado, nos describe una tradición germánica entre los caballeros de Castilla

(..) Ruy Díaz ha salido de Valencia junto a sus gentes de armas. Se dirige al encuentro de Alfonso, rey de Castilla. Cuando ambos hombres de divisan, Rodrigo se adelanta junto a quince de sus caballeros y descabalga. El Poema narra la escena que se desarrolla a continuación: «...el que en buen ora nadó; / los inojos e las manos en tierra los fincó / las yerbas del campo a dientes las tomó». 

El gesto ritual germánico que ejecuta Rodrigo Díaz, un gesto de aceptación de la superioridad jerárquica del monarca, es comprendido y celebrado por todos los presentes. Un caballero germano reconocía como su señor a un rey germano ante una corte germana y una Gefolge de guerreros germanos que regresaban del exilio. Visigodos. Tales eran y por tales se tenían. (..)

Y es que llegados a este punto podemos entender como de una forma notable, en la Castilla alto medieval los descendientes de esos antiguos godos, aun eran fieles a sus tradiciones y costumbres antropológicas, si bien seguramente fusionadas con otras muchas de corte romano.

El propio cantar del Mio Cid está repleto de tradiciones y guiños al mundo épico germánico. Una corneja da el augurio a Ruy Díaz. El cuervo como mensajero del destino, de los dioses, del Wotan germánico (Munnin y Hugin). O como animal de la guerra que recorre el campo de batalla posándose en los hombros de los guerreros que han de morir según la tradición irlandesa, animal de mal o buen agüero. O la propia espada del Cid, la Tizona. Heredad de Mudarra como arma imponente, y a la que en el romancero cantado de Joaquín Díaz describe como el caballero llama a su espíritu en un rezo para que le ayude en la venganza contra el Conde Lozano. El simbolismo del arma mágica que perteneció a grandes héroes, bautizada con un nombre propio, como si de un ser vivo se tratara. Y que ayudaría a Ruderico de Vivar a consumar su venganza igual que en el pasado sirvió a Mudarra para consumar la suya.

Era un arma mágica, era un arma importante que perteneció a grandes héroes. Por ello Ruderico de vivar utiliza ese arma y llama a su espíritu para su empresa. No se trata de un arma normal, sino de un arma a la altura de la circunstancia que van a desencadenarse, y en las que él pretende estar a la altura, como los héroes del pasado estuvieron. Pero no a la altura de los sucesos por venir, sino a la altura del espíritu de la espada, de la Tizona, a ese “dios” es al que reza simbólicamente implorando que le ayude en su venganza. Algo que no hubiera realizado con ningún otro arma. Solo con una espada carismática que perteneció a grandes hombres y héroes. A esos espíritus los llama y les implora justicia, en un “rezo” que hinca sus raíces cientos de años atrás cando los antiguos Godos en el mar negro, o los alanos en las estepas de la Cartaginensis, calvaban sus espadas en el suelo derramando cuencos de sangre a su alrededor para llamar a su dios padre de la guerra, al Marte de los romanos. 

Rituales todos ellos que lejos de desaparecer con la llegada del cristianismo, se fusionaron como creencias, leyendas, o tradiciones en los nuevos reinos del Norte de España. Teniendo en la Castilla medieval su gran exponente gracias a los cantares de gestas que han llegado hasta nosotros. Gracias a los cuales podemos conocer hoy las costumbres de aquellos viejos hombres que perpetuaron y mantuvieron sin saberlo tradiciones propias del mundo mágico de los viejos bárbaros de la Germania continental durante buena parte de la alta edad media castellana.


sábado, 11 de agosto de 2018

Naturaleza

“Las tierras pertenecen a sus dueños, pero el paisaje es de quien sabe apreciarlo. ”

Upton Sinclair 

Hipótesis del dios de los godos Gaut y su relación sustitutiva con la deidad primitiva germána Tuistion

(..) Tacito situaba a los gutones también en las regiones del océano, en el norte, dentro de su obra. Siglos después, el historiador Procopio (la guerra de los vandalos, 3, 2-3) ampliaba las informaciones llamándolos gauten, considerándolos como originarios de la isla de Thule, en las regiones más septentrionales, y los emparentaba con el dios Gaut de la guerra, además de señalarlos como mismo origen que los vándalos, por su semejanza física de piel blanca, rubios cabellos, altos de estatura y tener la misma lengua y religión, aunque afirmaba que anteriormente se les llamaba saurómatas y géticos. (..)

Con estas palabras la autora Rosa Sanz Serrano en su libro: / Historia de los godos . Cap I EL ORIGEN DE LOS GODOS – Jordanes y la migración de los godos /, describe como existía un culto pagano entre los gutones originales antes del proceso de invasión del continente. En él rendían culto a una deidad de la guerra llamada Gaut. La misma autora señala que este culto  era procesado mientras la tribu o el grupo ético gauta vivía en Escandinavia. También se hace eco de la descripción de Procopio, quien en su guerra de los vándalos emparenta racialmente a los dos grupos, señalando que no solo se asemejan en cualidades físicas, sino también en religión. No creo que vándalos y godos adoraran a un dios con mismo nombre, pero si a un mismo concepto de Dios propio para todos los germanos.
Gaut no es otro que Wotan, el dios padre de la raza y de la guerra, del cual los godos se consideraban descendientes y por el que tomaron el nombre de Gautas o Getas. En el mismo artículo la escritora continua hablando de la religión de los godos basándose en un texto del romano Casiodoro narrado por el rey ostrogodo Teodorico el grande

(..) Los gauthigoths o descendientes del divino Gaut, que después estuvieron divididos en tres grupos según localización, los greutungos, tervingios y los gepitos. Salieron al mando de su rey Bering en tres barcos distintos y desembarcaron en Gothiscandia. (..)




No se sabe mucho más del dios al que menciona Rosa Serrano, pero parece evidente que se trata de una deidad principal del mundo godo en su etapa más arcaica, cuando aun vivían en su isla matriz del pueblo. Una deidad de la guerra emparentada con Marte. La gran duda surge al intentar buscar un paralelismo con dioses más próximos en el tiempo de la mitología germánica. ¿Fue por tanto Gaut una representación del dios padre del pueblo Wotan / Odin? O por el contrario se trata de una forma diferente bajo nombre distinto del dios descrito por Tacito y que comúnmente se vincula con Tyr, el dios Tuiston.

A mi modo de ver creo evidente que Gaut es Wotan. Es un dios de la guerra vinculado al carácter solar protector. Padre de la raza de los gautas, origen de su estirpe. Claramente es un dios con atributos solares como el dios Wotan. Y que en una parte de su faceta fundamental en aquellos tiempos, representa la victoria o el heroísmo de la batalla más que el salvajismo (de ahí su diferencia con el Ares griego). Por tanto es un dios que abraza a sus hijos muertos en combate con la recompensa de los caídos en la lucha. Nuevamente aquí vemos una característica protectora, ya que Gaut / Gautan recoge y aloja a sus hijos caídos en combate en la otra vida (les protege), donde estos se reúnen con el padre celestial solar origen de toda su sippes / estirpe /.

No obstante se sabe que los germanos al otro lado del rio Rhin, y según recoge el escritor Tacito. Adoraban a una deidad padre de todos ellos al que se conocía con el nombre de Tuiston. Siempre se ha querido ver o emparentar a Tuiston con el dios escandinavo Tyr, y se ha comentado que Tyr fue el primer dios de los germanos desplazado con el tiempo por las diferentes versiones de Wotan / Odin. Entremos a detallar este suceso con detalle lanzando una hipótesis, ya que la relación y el por qué en un momento determinado un dios o concepto de dios sustituye al otro sigue siendo un misterio.

Para empezar y aunque esto no guste demasiado, creo que habría que detallar y comprender que el concepto de Germano puede ser ambiguo y no tan “puro” en un aspecto cultural como se ha pretendido hasta el momento. Los escritores latinos incluyeron dentro de este grupo a una serie de pueblos que habitaban una gran extensión de terreno, los cuales tenían contacto con espacios muy diferentes y con otros grupos étnicos muy distintos entre sí. Así pues y aun cuando compartieran similitudes físicas entre ellos, al igual que lengua. No era lo mismo un Godo de Escandinavia que un Cimbrio del continente. A día de hoy es sabido que gran parte de los germanos asentados en lo que es zona fronteriza de la actual Alemania, compartieron línea directa en las primeras fases de las edades del hierro con pueblos de carácter céltico. Dentro de los ya mencionados Cimbrios de Jutlandia (Dinamarca) había elementos propios de los galos, así como jefes y caudillos galos que establecieron alianza. Algo que también pasó con los eburones de Ambiorix (Belgica), de quienes aun a día de hoy se duda si fueron germanos o celtas, estableciendo un término nuevo y quizás más apropiado llamado celto-germanos. Si atrasáramos la línea hasta los finales del bronce y primeras edades del hierro (Hallstatt) seguramente nos encontraríamos con que gran parte de las poblaciones celtas y germanas en centro Europa eran muy semejantes y casi indiferenciables. Fue en esa época donde comenzaron a crearse las deidades padres arquetípicas populares en las dos edades del hierro, y que se remontaban a los propios orígenes de los pueblos indoeuropeos. ¿Ahí nació Tuistion?.. a mi modo de ver si. Quizás no tanto el concepto, como si el nombre.



Uno de los dioses más primitivos de la edad del hierro, seguramente ya presente en el bronce, es el dios pan céltico Teutates. En Junio del año 2011 escribí un artículo para el magazine onine Fundación Rueda solar, en el que intentaba relacionar tres deidades primitivas del mundo proto-germánico o celto-germánico; Tuiston, Tyz y Teutates. En ese escrito establecía una conexión relativa entre las tres deidades predecesoras del culto a Odin / Wotan entre los germanos.
Teutates era un dios céltico al que en España se relaciona con algunas deidades como Telenvs. Un díos de la guerra y de las juicios, padre y protector del pueblo. La propia composición del nombre nos da un indicio de su equivalencia mitológica. Teut –Tat –Es significa dios padre y señor. Pero la equivalencia es mas evidente cuando comparamos al dios Tiwaz o Tyr con al viejo dios celto-germano. Tyr es una deidad de la guerra y los juicios justos en la Escandinavia medieval. Siempre se ha pretendido relacional al dios Tyr / Tiwaz con una versión primitiva como dios padre de los germanos antes que Odin.

Sorprende pues que una de las cualidades de Teutates además de dios de la guerra y padre del pueblo como concepto racial o ético, sea el de legislador de leyes y juicios justos, característica que al menos comparte con el viejo dios sin una mano de la mitología escandinava.
El origen primitivo y anterior a la existencia cultural de celtas y germanos, es decir, a las dos edades del hierro de Teutates, queda reflejado en la península ibérica en la cultura del bronce de las Cogotas de la meseta central. Aquí encontramos una deidad poco conocida y casi ignorada llamada Teut. Se relaciona a este dios con cualidades como padre de las gentes y dios de la guerra. La conexión lingüística entre Teut y Teutates son evidentes demostrando en parte que la deidad es anterior a los pueblos del hierro y hay que remontarla a la edad del bronce. Por tanto estaríamos como ya hemos señalado, ante un culto anterior a la existencia cultural de celtas y germanos. O mejor dicho, cuando celtas y germanos aun eran pueblos no muy definidos que habitaban un mismo territorio /proto-celtas y proto-germanos/. Fue entonces cuando Tuistion fue Teutates, y Teutates fue Tuistion; Teu-tat-es, dios padre y señor del pueblo.

Según esta hipótesis estaríamos ante una deidad proto germánica que permaneció vigente entre los germanos que mantuvieron contacto directo durante siglos con las poblaciones celtas entre las dos edades del hierro. No así entre los germanos que permanecieron en el área escandinava. Allí, al menos hasta donde yo sé, no hay evidencias del culto a Teutates. De ese área del mundo, de esa zona fría de Europa, de la hiperbórea más alejada del mundo civilizado, llegaron nuevos dioses con las migraciones de vándalos, longobardos, godos etc.
Es ahí donde a mi modo de ver se estableció una ruptura religiosa y simbólica entre el mundo arcano germano representado por el dios de la edad del bronce, Tyr, Tiwaz, Tuiston, Teutates y la llegada del dios padre de la guerra Odin, Wotan, Wodem o Gaut. No obstante no quiero que se me mal interprete pensando que con esto quiero hacer evidente el desconocimiento del dios Tyr entre los godos, nada más lejos de la realidad. Hay escritores e investigadores que así lo afirman, incluso describen rituales a este dios. Pero lo que resulta evidente es que fue desplazado por el dios padre Gaut del cual ellos, los getas, los gautas, los godos, se consideraban hijos directos y al que pretendían como padre del linaje de su estirpe.

Las equivalencias simbólicas entre los dos dioses son semejantes, ambos representan a dioses padres del pueblo a la par que dioses de la guerra. Pero son identidades más modernas a los nuevos tiempos que vendrían, y estas ya sí, puramente nórdicas, germánicas, sin contaminación al menos evidente por el mundo proto céltico de la edad del bronce. Y es que como ya hemos dicho, Gaut / Gautan no era un dios común a todos los pueblos no. Era un nuevo concepto de dios del cual los godos, y solo los godos eran descendientes directos por línea de sangre. Gaut era el padre del pueblo, el primogenito de su raza, el dios vinculado a su clan por parentesco. Una deidad que hacía a los godos hijos de los dioses en la tierra. Tradición esta común a otros pueblos, pero que recobraba un nuevo concepto en el mundo mitológico, y era el Dios étnico. Un dios ajeno a los pueblos dominados o alejados de la tribu. Una deidad creada y conocida solo por la comunidad, con tradiciones solo de la comunidad y ajena en cualquier caso a foráneos. El dios Gautan era un dios de los godos, no de los vándalos, tampoco de los celtas, ni de aquellos que no tenían sangre goda. Era un dios de la tribu que con el paso del tiempo fue quedando olvidado frente a la llegada de nuevas tradiciones y costumbres introducidas en Europa por la civilización y los imperios, que siempre han supuesto el fin del mundo pagano y de la tribu. Y es que como ya escribió el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, en los sitios donde aun hay pueblos (tribus) no entienden qué es eso del Estado. Es ecir, donde aun sobreviven las tribus no entienden que es la nacion o estado. Ya que el parentesco cultural, tradicional o étnico es el único lazo de "nación".

Alvar Ordoño 2017 - Recreador e investigador histórico de los grupos; BAIRA, REGNUM CASTELLAE, HISPANIA DE LOS VIKINGOS e HISPANIA GERMANORUM -

Incursiones marítimas germánas a Hispania anteriores a la era Vikinga, entre los Siglos III y V. Por Alvar Ordoño

Se han tratado y estudiado en innumerables ocasiones las incursiones normandas ocurridas en la península ibérica  entre los siglos IX y XI. Más exactamente y con una aproximación relativa entre los años 844 y el 1045. Iniciándose el proceso con el primer avistamiento documentado en las costas cantábricas en el año 844 frente a la ciudad de Gijón. Y terminando en el año 1045 con la batalla de las torres del Oeste en la localidad de Catoira (Galicia). Donde el obispo Cresconio derrotó a una flota de lordemanos que asolaban la zona, y entre los que se ha querido ver, sin pruebas de ello naturalmente, al temido Ulf el gallego. Aunque bien es cierto que la fecha del combate de Cresconio está sometida a debate y discursión (Eduardo MoralesHisptoria de los vikingos en España, CAP XIII, pag 209 – últimas incursiones ) nos sirve para establecer con un margen de error año arriba año abajo, una fecha inicial, y una final de lo que podríamos definir de una forma un tanto arbitraria como “la era vikinga hispanica”.

A lo largo de esos casi 300 años, los normandos llegados desde diferentes puntos del norte de Europa, entre los que se encontrarían principalmente Inglaterra, Noruega, Dinamarca, Francia, e Irlanda. Asolarían con mayor o menor intensidad una franja costera que iría desde el norte cantábrico, hasta toda la costa Atlántico española (Galicia) y portuguesa. Incluyendo Andalucía y partes del Mediterráneo en las incursiones del siglo IX. Hay que tener en cuenta que ninguna incursión documentada posterior al siglo IX llegó a pasar el estrecho de Gibraltar, entre otras causas por la política preventiva de Abderraman tomada tras los devastadores ataques del año 858, Atribuidos tradicionalmente  a Hastings y Bjorn costado de hierro. Si bien aquí se establece un dato curioso que me parece interesante mencionar, la incorporación de mercenarios irlandeses a la flota Lordemana en ese año (presumiblemente solo documentados en esa fecha).

Para Steentrup el relato de una crónica irlandesa sobre los hijos de Ragnall, primogenito del rey de Lochlann, y las hazañas y aventuras de este contra los musulmanes, debe situarse inequívocamente en el contexto de la segunda invasión del siglo IX (José Carlos Sánchez PardoLos ataques vikingos y su influencia en la Galicia de los siglos IX – XI – Anuario Brigantino 2010 nº 33, Pag 64 – 3.2. Segunda incursión vikinga a Galicia). Parece razonable pensar que la única forma que los irlandeses de aquellos años tuvieron de enfrentarse con musulmanes, fue en las costas de España, llegando como apoyo mercenario local de las colonias existentes de normandos Noruegos en el país.

No obstante no existe documentación exacta en ninguna crónica hispana que hable de irlandeses entre la flota y guerreros del siglo IX, mientras que por ejemplo sí existen referencias de franceses. Queda por tanto dentro de las hipótesis y de los misterios relacionados con las miles de lagunas que ofrece la historia. Exactamente igual que la teoría al respecto de Anton Erkoreka, para quien la llegada de irlandeses pudo no estar relacionada con la llegada de Hastings y Bjorn, sino con una incursión llegada desde Dublín contemporánea a la de los dos famosos caudillos, que el escritor  vasco relaciona con el supuesto asentamiento de la ría de Mundaca, y con el secuestro del rey de Pamplona utilizando una vieja calzada romana, y no el río Ebro. Esta incursión estaría a mi modo de ver más relacionada con la leyenda y la mitología que con la realidad. Pues incorpora además sucesos y episodios propios de las leyendas y las dinastías legendarias vascas, relacionando a los dos caudillos vikingos llegados desde Irlanda, y que Erkoreca atribuye los nombres de Olaf el blanco e Ivar el Culebro con Jaun Zuria, mítico primer señor de Vizcaya que vence a las tropas asturianas (Anton Erkoreka – Los vikingos en la península ibérica. CAP – Los vikingos en Vasconia, pag 21, De nuevo en la ría de Mundaca (844m 858-861).

Pero dejemos de lado este tema y centrémonos en los ataques anteriores a la era vikinga. Aun cuando relacionados con las poblaciones proto vikingas y germánicas que años más tarde darían origen a los piratas del mar, lo cierto es que las incursiones llegadas desde el norte en años muy tempranos, no pueden ser llamadas vikingas, ni tratadas como tales. Ni tan siquiera aparecen en las crónicas romanas de la época con ese nombre o similar, entre otras cosas porque como puede suponerse aun estamos muy distantes en el tiempo de la era vikinga desde un punto de vista rigurosamente histórico.

La primera aproximación que tenemos documentada relacionada con incursiones marítimas por el litoral cantábrico, esta relacionada con los francos en plena era de las migraciones bárbaras. En el siglo III de nuestra era barcos procedentes de la zona norte de Europa, donde se establecían los francos, atacan en varias ocasiones todo el norte cantábrico. Aun cuando estas incursiones no tuvieron demasiado éxito quedándose tan solo en algunas rapiñas de aldeas, siendo todas ellas reprimidas con eficacia por el emperador Maximiliano Hercúleo.


Desde el siglo III hasta el V no se tienen información documentada de nuevos ataques marítimos. Es precisamente en ese siglo, en el V, con una Europa en pleno apogeo de las migraciones e invasiones germánicas, cuando el norte de España es atacado una vez más por mar. Este aspecto es poco conocido aun cuando tiene algunos episodios realmente interesantes de tratar.  La primera referencia con la que nos encontramos referida al tema procede de Hidacio. El historiador gallego de marcado carácter “anti suevo”, recoge en su Chronica,  un incidente relacionado con los vándalos. En el año 455 “unos vándalos de modo repentino. Desembarcaron con sus barcos en la localidad de Turonium en las costas de Gallaecia y capturaron familias de muchas gentes” / vandali navibus Turonium in litore Gallaeciae repente advecti familias capiunt plurimorum /. El problema con el que nos encontramos en este caso es señalar con exactitud de donde procedían esos vándalos, y cual era la localidad de Turonium. 

Los vándalos eran un pueblo germánico procedente de Escandinavia, que llegó a Hispania atravesando los pirineos en el año 409 junto a los alanos. Estaban divididos en dos grupos, Asdingos y Silingos, cada uno de ellos con su respectivo rey. Tras la derrota de los asdingos a manos de los federados visigodos del imperio liderados por Walia, se unieron con los silingos y comenzaron una aventura que les llevaría hasta la conquista de Africa en el 429. A simple vista vemos un error en las fechas que nos impide atribuir una invasión marítima procedente de Hispania a manos de los vándalos. Si en el 429 ochenta mil de ellos unidos con los alanos llegan a África, significa que en el 455 ya no estaban en la península, por tanto la lógica nos hace pensar que el ataque marítimo de los piratas vandálicos procedía del continente africano. 

Máxime cuando desarrollaron una importante flota que les llevó durante el 440 bajo reinado del rey Genserico, a saquear importantes puntos del Mediterráneo, entre los que se encontraban Sicilia, Cerdeña, Grecia y las islas Baleares. No obstante algunas hipótesis nuevas de historiadores renombrados ofrecen una segunda versión sobre el origen de la invasión marítima de Galicia a manos de los bárbaros durante el siglo V. Ch. Courtuis en les vandales ofrece la primera versión que señala a una invasión interna procedente de la propia Hispania y no de Africa. Para el historiador francés no se trataría de una flota procedente de Cartago, sino de vándalos residuales asentados en Hispania que no siguieron a sus compañeros hasta el continente africano. Plantea la dificultad, aun aceptando que fueran buenos navegantes, de que una flota vándala saliera de Cartago con el único objetivo de saquear Gallaecia. Una tierra que en aquellos años no tenía aun las grandes iglesias ni la importancia simbólica que llegaría a tener siglos después. 

Thompson por su parce acepta la hipótesis de Hidacio, aceptando que la incursión llegó desde Cartago. Por el contrario para Javier Arce, en su libro Bárbaros y romanos en Hispania  400 – 507. Se hace eco de Ch. Courtois, asimilando la idea de una incursión que correspondería a vándalos residuales que aprovecharon la expansión sueva hacia el sur de Hispania con objetivo la Baetica y Cartaginensis (año 441), y las malas relaciones existentes entre estos y la población nativa gallega, para asolar las costas. Sea como fuere nuevamente nos movemos en el terreno de las hipótesis, y con lo único que podemos contar fehacientemente es con el hecho de que los vándalos según recoge Hidacio, atacaron por mar las costas Atlanticas de Galicia sin ningún tipo de resistencia por parte del reino suevo. 


De tratarse de vándalos residuales, la operación carecería de interés geopolítico y estratégico. Simplemente habría que incluirla en las razzias de depredación de un grupo de gentes tras la derrota a manos de los visigodos, que intentaban sobrevivir adaptándose a la debacle de los nuevos tiempos, con independencia de la empresa iniciada por parte del mayor grupo de su gente en el norte de Africa. (Javier Arce – Barbaros y romanos en Hispania 400 – 507. CAP II, inseguridad y resistencia. 4. Piratas, pag 173 ).

Siguiendo en el siglo V y con el terror germánico que asoló Europa a modo de hordas de invasores, nos encontramos nuevamente con un texto de Hidacio referido a varios ataques de una tribu llamada Hérulos.
Los hérulos eran nuevamente una tribu germánica asentada en Escandinavia que inicia su expansión por el continente junto con otros pueblos como aliados, entre ellos los godos. En el siglo V tienen una relativa importancia en la historia de Roma por medio de su caudillo Odoacro. Anteriormente a esto, a principios del siglo V, sus barcos junto a los de Sajones y frisones, asolan buena parte de las costas del mar del norte y Canal de la Mancha. Es dentro de ese ambiente histórico cuando llegan a Hispania. Según Hidacio en el año 455 una serie de hombres de la tribu de los hérulos, desembarcaron con siete barcos en la costa del territorio de Lucus, los 400 hérulos armados a la ligera se vieron obligados a huir, muriendo solo dos de ellos en los combates contra los nativos. 

La razzia regresó por donde había venido saqueando las costas del Cantábrico y de Vardulia. En estas expediciones parece que tampoco tuvieron mucho éxito. Según Arce estos hérulos procedían de Dinamarca, y no tenían nada que ver con los que años atrás aliados de los godos habían saqueado el mar Negro. Hipotesis que sostiene Erkoreka, quien además los localiza en el noroeste de la península danesa.

Siete naves y 400 hombres, es decir, 57 hombres por nave. Con este número y armados a la ligera, como dice el historiador gallego, no es fácil asolar de forma contundente un gran territorio, aun cuando si lo pudieron hacer de forma cruel, como parece que detallan las crónicas (Javier Arce – Barbaros y romanos en Hispania 400 – 507. CAP II, inseguridad y resistencia. 4. Piratas, pag 173 ). 

Los incursores tuvieron que dejar los barcos en el litoral de la costa cantábrica iniciando una expedición de reconocimiento terrestre. Fue ahí cuando tuvieron conflictos armados con la población local con fatídico resultado en diferentes episodios para los bárbaros. Tal fue lo nefasto del asunto, o la resistencia hispánica, según se mire. Que los temidos hérulos de Jutlandia, Dinamarca, estos si primos lejanos de los posteriores vikingos, se vieron obligados a dejar los barcos en las costas y regresar a sus hogares cruzando los pirineos por la Tarraconensis, posiblemente por la zona central, ya que al parecer no encontraron fuerte presencia romana defendiendo los pasos.

Sorprende que una expedición de saqueo de tierras extranjeras fuera tan desastrosa, con situaciones semi cómicas como la vivida en Galicia, donde perdieron tan solo dos hombres y solo pensaban en huir. Mal armados,  no muy numerosos, en una actitud casi defensiva, coincidiremos todos en señalar que cuanto menos era una razzia de saqueo curiosa... El porqué de esta situación se comprendería años después. En el 459 nuevamente Hidacio recoge una invasión de piratas hérulos, esta vez se dirigían a la Baetica. Saquearon las costas cantábricas y atlánticas (documentado el conventus Lucense) con una crueldad inusitada (Hydacio 189). Dice textualmente “ad Baeticam pertendentes”, es decir, supuestamente la expedición germánica si llegó a la Baetica. Y a juzgar por el adjetivo calificativo de crudelissime usado por Hidacio, esta vez sí que fue salvaje, violenta y devastadora. Seguramente más numerosa que la predecesora. Es fácil asimilar cual fue el objetivo de la primera llegada 4 años atrás. No tenía como objetivo saquear las costas Hispanas, sino explorar. Fue una avanzadilla para tantear el terreno, conocer las costas, la resistencia, los lugares de interés y el camino a la Baetica, y puede que incluso consolidar pequeñas posiciones. Ya que presuponemos que en la primera mención que se hace de los hérulos en el 455, y aun cuando solo se los menciona en Galicia, el cantábrico y las vadulias, tuvieron que llegar por necesidad a la Baetica, mostrando el camino años después a un grupo mayor en número y armado para la ocasión. 

No opina igual Torres Rodriguez, quien supone que el desembarco del año 455 en la costa gallega fue un movimiento estratégico a cargo de un grupo de mercenarios del rey visigodo Teodorico II, que únicamente pretendía sembrar la alarma en la retaguardia del rey suevo Reckiario. Es posible que aquí se mezclen conflictos, y Torres se refiera mas acertadamente al misterioso y curioso incidente de los vándalos, pero no de los hérulos. 

A mi modo de ver la hipótesis exploradora es la más acertada, ya que como el propio Hidacio recoge. Era gente poco numerosa, mal armada, y que no buscaba la confrontación. El hecho de tener que escapar en las vardulias dejando los barcos en la costa para recorrer un largo camino de regreso andando atravesando los pirineos, es una prueba de ello. 
Con los ataques de Jutlandia (hérulos) del año 455, concluyen los episodios de las incursiones marítimas germánicas a las costas de Hispania. No quisiera dejar pasar la oportunidad de mencionar una teoría sobre la llegada de los suevos a Galicia. La recoge Erkoreka y la plantea Reynols. Según esta los suevos no atravesaron nunca el rio Rhin junto a vándalos y alanos. Jamás entraron a Hispania por los pirineos en el año 409. Llegarían por mar asentándose en las costas de la provincia de Gallaecia. Esta hipótesis no es muy acertada según yo lo veo, ya que carece de pruebas escritas que puedan dar tan solo una pequeña pista al respecto. 

Mucho tiempo después de la última invasión hérula, llegarían nuevamente piratas escandinavos, estos ya puramente vikingos. De ello hemos hablado en diferentes artículos. A lo largo de mediados del siglo IX, pueblos germánicos emparentados con los que llegarían en el siglo V. Hay referencias vagas, y misteriosas que tratan el tema de posibles llegadas nórdicas a Hispania antes de las fechas planteadas como oficiales, esto es 844. Algunas las relacionan incluso a mediados del siglo VIII, donde los nórdicos llegarían mas como mercenarios o comerciantes para tratar con las gentes del temprano reino de Asturias, que como razzias de saqueo armadas para la guerra.

Es difícil afirmarlo sin datos o pruebas escritas. Pero sin duda los pueblos del norte de Europa conocían al menos de referencia las costas hispanas. Habían estado llegando desde la tardo antigüedad, y aunque no fue un lugar caliente en sus incursiones, si que es posible que de forma puntual nunca se perdieran las conexiones entre el cantábrico y atlántico y las poblaciones norteñas que con el tiempo darían forma a la era vikinga.  Aun así en historia solo existe lo que se puede demostrar, y a día de hoy estamos muy lejos de poder demostrar absolutamente nada que vincule la llegada de lordemanos a las costas españolas antes de las fechas señaladas oficialmente. (844).


Alvar Ordoño 2017 - Recreador e investigador histórico de los grupos; BAIRA, REGNUM CASTELLAE, HISPANIA DE LOS VIKINGOS e HISPANIA GERMANORUM -